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SPOILER ALERT!

Seis Meses Para Gestionar Los Papeles Pese A Tenerlo Todo En Regla El Drama De Las Citas Previas De Extranjería En Barcelona

Seis Meses Para Administrar Los Papeles Pese A Tenerlo Todo En Regla: El Drama De Las Citas Previas De Extranjería En Barcelona

Un locutorio del Raval con un cartel sobre renovación del documento de identidad | Sònia Calvó

  • Migrantes denuncian el colapso de los turnos para administrar documentos en Barcelona: hasta octubre para conseguir un boleto. La situación les aboca a un mercado informal de citas en locutorios y a costosos abogados. Maira debió recurrir a ambos servicios, pese a tener una oferta de trabajo, garantía para los papeles.

Maira activa su rutina de cada miércoles. Ese día, se supone, dan boletos (desde hace poco los dan cada día, si bien el miércoles es el día que más citas se dan). El móvil en una mano, el PC en la otra. Mas nada. Ni en la aplicación, ni en la web. Mismo resultado: «No hay cita disponible en esta oficina». Ese fue el mantra de esta joven colombiana durante prácticamente 6 meses. A pesar de que lo tenía todo para regularizar su situación: una codiciada oferta de trabajo y sus documentos listos.

La situación de Maira no es apartada. El denuncia el colapso en la Oficina de Extranjería de Barcelona. Perder las ofertas de empleo, deportaciones, multas o bien se encuentra entre las quinielas cuando uno no puede acceder a una cita. , y de hecho las fuentes consultadas aseguran que es peor que un par de años atrás.

Como Maira, los afectados por la carencia de citas se ven abocados a un sobrecoste en el momento de gestionar sus documentos: mercado informal de boletos en los locutorios o bien, aún más caro, un profesional del derecho que acelere la obtención de citas.

Maira lleva más de diez años en Barna. Ahora tiene 25. Llegó en 2008 por reagrupación familiar, en pleno estallido de la crisis, y su madre tuvo que ponerse a trabajar en el sector de la hostelería: contratos cortos, cuando no en negro. No cotizaba suficiente y por este motivo no pudo renovar sus papeles, por lo que entró en irregularidad sobrevenida. Hasta hace dos meses.

Pese a la situación administrativa irregular, Maira estudió ESO y bachillerato, y empezó un grado superior mas lo debió dejar para trabajar. Un par de años atrás reunió el valor y el dinero y se metió en administración y finanzas (encontró una escuela donde le dejaban estudiar con pasaporte). «Yo misma llegué a pensar: nunca tendré papeles. Siempre y en todo momento combatiendo en la sombra en esta ciudad», se afirmaba.

Al acabar el grado, por fin uno de los requisitos –para nada bajo– para regularizar su situación: una oferta de trabajo, de un año y a cuarenta horas semanales. La cooperativa de Sants (Barcelona) la Ciutat Invisible, una librería arraigada al barrio, le propuso entrar a formar parte de su estructura en septiembre de 2017. Sabía que el proceso no iba a ser fácil. Pero tampoco tal averno. Reunieron toda la documentación precisa, mas pasaban los días para entrar a la aplicación o bien a el sitio web y no había forma. «Lo sentimos mas no hay cita disponible en esta oficina». Maira se impacientaba.

Buscando alternativas, un amigo le aconsejó ir a un locutorio. Un mes después de la oferta, entró a uno de ellos, en la calle Joaquim Costa del Raval. Tras pedirle los datos del pasaporte, le aseguraron que tendría una cita en un par de semanas o bien un mes. No mentían. Mas se equivocaron y le consiguieron un billete para poner huellas, no para entregar documentación. «No me servía, les dije que lo sentía».

Maira pagó veinte euros por el trámite. Otras fuentes elevan el coste hasta los cien, dependiendo de la prisa. Ningún locutorio consultado acredita que se realice compra y venta, solo –admite un empleado de un local del Raval– «gestión». Ni siquiera los profesionales del derecho consultados por Catalunya Plural saben cómo los locutorios acceden a citas antes que ellos, que a través de el Instituto de Abogados pueden conseguir turno en unos dos meses. Finalmente, Maira contrató a un letrado, que, por ser un contacto familiar, le salió por otros 100 euros. Podrían haber sido hasta trescientos. Era finales de noviembre.

«Es intolerable que tengan que recurrir a un profesional para gestionar una cita», resalta Luciano Banchio, abogado y miembro de la comisión jurídica del Espacio del Inmigrante de Barcelona.

Otra comisión, la de Extranjería del Ilustre Instituto de Abogados de Barna (ICAB) y asimismo el Defensor del Pueblo llevan más de un par de años por la carencia de recursos en la Oficina de Extranjería Barna para atender a los migrantes.

«La situación desde hace dos años ha empeorado. La semana pasada daban cita para octubre. abogados tramites extranjeria Y el horario en que la dan [miércoles a primera hora] no está publicado, solo lo sabemos los abogados; es normal que la gente se encuentre el ‘no está disponible'», dice Banchio. «El funcionamiento de la oficina debe ser para un extranjero y no tiene porqué estar acompañado de un abogado o bien un gestor, es como la declaración de la renta, está hecho para que el ciudadano pueda hacerla solo».

Según notifica Banchio, la decana del instituto envió un escrito días atrás a la Delegación de Gobierno en Barna. Por su lado, la delegada de la comisión de extranjería del ICAB se reunió con la Delegación de Gobierno, y –dice Banchio– la «única» contestación fue que la Dirección General de la Función Pública iba a trasladar la protesta al Centro Directivo en materia de Aplicación Informática. «Ya hace unos años que diríase que faltan funcionarios», asegura Banchio.

Pese a la reiterada solicitud, la subdelegación de Gobierno de Catalunya –administración de la que cuelga la Delegación de Gobierno en Barcelona y, por consiguiente, la Oficina de Extranjería de Barcelona– no ha contestado a este medio las preguntas sobre la situación de las citas anteriores en la capital catalana.

Maira consiguió su cita a principios de este dos mil dieciocho. En una semana tenía la resolución y, a las dos, ya estaba trabajando en la Ciutat Invisible. «Ya tenía la oferta, lo más difícil. Yo sabía que la Ciutat estaba mentalizada, pero no sabía que iba a perdurar tanto, podía perderla. Si no hubiese sido la Ciutat… ¿De qué manera te va a contratar un empresario sabiendo que no te vas a poder agregar hasta seis meses después?».